19 nov 2010

Esto no es una crónica


Bueno compañeros, me comprometí a hacer la crónica del último partido de liga (y, ya puestos, también del primero de copa). Siento decirles que casi no recuerdo cómo fueron los detalles de ambos partidos; siempre me pasa. El caso es que contra el Ecocasa perdimos 5 a 0 y antenoche ganamos 3 a 0 al Perlas Rojas (dos de Vicente y uno de Aldani).

Así que, abusando de la confianza de todos, voy a aprovechar este espacio para hacer una especie de balance de cómo nos va la cosa. Estaremos de acuerdo en que regular. Vayamos primero a los datos (referidos a la liga): 8 partidos jugados, 3 ganados y 5 perdidos, 12 goles a favor y 21 en contra, 9 puntos y clasificados en el 11º puesto (de 16).

Puntos flojos: somos el tercer equipo más goleado; y sólo nosotros y los dos colistas no hemos empatado ningún partido. Puntos fuertes: si sólo contaran los goles a favor estaríamos a mitad de tabla, pues hay seis equipos con menos goles a favor y vamos empatados con otros dos. Además, y lo más importante, el segundo clasificado lo tenemos únicamente a 6 puntos (esto es, a dos partidos), y el primero a 8 puntos.

Los datos dicen que somos algo irregulares, pero bueno, seguro que a medida que avance el campeonato iremos ganando en confianza. Sin embargo, prefiero quedarme con la parte buena, la parte humana. Antes de entrar en el equipo, ya lo veía como un grupo unido, y ahora me reafirmo, pues la actitud de todos ha sido siempre muy buena, aunque las cosas no nos salgan bien y aunque sea inevitable (como en todo colectivo) que a veces haya pequeños roces o calenturas.

Sin embargo, creo que es mejor que hagamos crítica constructiva, empezando por nosotros mismos, y animemos en vez de reprochar. En el tiempo que llevo jugando al fútbol hay dos cosas que nunca he visto: que un árbitro rectifique una decisión porque alguien le proteste airadamente o que algún compañero lo haga mejor porque otro le eche la bulla a los ojos de todos.

Alguien dijo que “el fútbol es un estado de ánimo”, y la historia está llena de ejemplos de equipos buenos sobre el papel que luego son un puro fracaso, precisamente porque su ánimo (el feeling, que diría Guardiola, o la solidaridad, que diría Mourinho) era malo. No es ni será nuestro caso.

Perdón por la comedura de tarro y ¡arriba el Viña Nava!

F.M.

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