Difícil. Difícil opinar acerca de un partido cuando tu mente sólo tiene fuerza para cargar la pena de un compañero. Y si es difícil opinar acerca de lo que fue, mucho más difícil fue jugarlo.
Partido bajo el dolor, la lluvia, la niebla, complicado hacer buen fútbol con tantos elementos en contra. El Verdellada arrancó con ganas, motivado, venía de ganar, de fichar a gente nueva y querían consolidar su mejoría. No conseguíamos ser dueños del centro, no estábamos concentrados, demasiada impresición, el campo, muy rápido, tampoco ayudaba.
Aún así el Viña llegaba con más claridad y en una de esas jugadas “el pulmón” aprovecha para romper el fuera de juego y picarla a un lado, poniéndonos por delante, era su día.
Era el momento de jugar, de tocar, de sentenciar, pero lejos de hacerlo seguíamos sin tener un control claro de la pelota y pronto regalamos el empate. Aún así, aunque en el juego no éramos claramente superiores, en ocasiones sí que había dueño. En una de ellas llegó el 2-1, justo antes del descanso.
En la 2nda parte llegaron los cambios, el equipo tiene que reajustarse y sufrimos en los primeros 20 minutos. El Verdellada aprieta, más por ganas y necesidad de puntos que por juego, pero vemos como peligra la victoria. Pedro se lesiona, el medio se ve mermado. Se siguen cometiendo errores, despistes en las marcas, faltas al borde innecesarias, pintaba mal.
Pero aparece de nuevo “el hombre incansable”, arranca a correr y ya nadie lo puede parar, el doble de Forrest consigue darnos la tranquilidad. Pronto llega el 4-1 y el partido queda cerrado.
No se ha dominado como se pretendía pero nos vamos con 3 puntos en un fin de semana muy duro para el equipo. ANIMO KIKO!!! Esperamos verte pronto.
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