Existen ocasiones en las que el lastre con el que empiezas un partido es tan grande que condiciona el desarrollo del mismo. Vayan sumando. Bastante viento que hacía incomodo el partido, 12 jugadores (y porque vino Johán) y jugar contra el líder. Ese del que se dice que entrena, cobra y demás. Las claves para estos duelos es la mentalidad y claro, el resultado de la ida mermaba bastante la nuestra. Para nosotros jugar en las condiciones citadas y no encajar más de cinco era un logro. Pero como en los guiones más negros del cine se rozó la machada. Lastima que no concretásemos nuestras ocasiones. Lastima que el viento nos perjudicara en vez de ayudarnos. Con uno a dos en el primer tiempo y varias jugadas erradas por nuestra parte el líder como una apisonadora iba pasando sobre nosotros en cada contraataque o jugada que realizaba. Por las bandas y por el centro parecíamos las goteras de una casa en un temporal acusando su paso.
Pero no fue para tanto. Esta vez no hubo goleada. Es más, sin el castigo del viento las cosas habrían sido diferentes. El uno a tres al final del partido reflejaba que había ganado el mejor, por supuesto. Pero en actitud ganamos nosotros. A pesar de nuestras disputas todo el mundo remo para el mismo lado. Y eso se nota. A pesar de nuestra posición en la tabla, con la actitud demostrada, al final del campeonato estaremos donde merecemos. Y se mantendrá la categoría.
Un saludo y felicidades.
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